Conversé con Bolañísimo mismo. Recorriendo algunas aguas en un submarino Alemán, hicimos una gira presentando una de sus obras de “temática” nazi (pudo haber sido “Tercer Reich” o “La Literatura Nazi en América”). Le pregunté si le habían puesto algún problema, me dijo que no.
Al final de una de sus obras (pues se presentó insólitamente como actor) me contó tras mi insistencia, por qué lo mandó a llamar el großadmiral Dönitz felicitándolo y ofreciéndole como transporte nada menos que un U-Boot. Por ignorancia, me dijo.
Una vez arriba de éste, comienza una gira por los océanos del mundo y yo, cual Ulises Lima, lo acompaño siempre. Su consejo fue que escribiera y escribiera, me lo dijo una vez que salimos a la superficie en algún lugar del Atlántico con un cigarrillo en la boca; él vestía unos pantalones de mezclilla blancos como emulando un uniforme, mientras el viento ultramarino hacía galopar su pelo largo, ese de la juventud de poeta infrarrealista del DF. Me dijo que escribiera y escribiera y nada de peros ni pucheros.
Etiquetas: "The Tale Were Told"
Iquique:
Militares en las calles. Stop
Embarcaciones mar adentro. Stop
Se aprecian las luces de áquellas a lo lejos. Stop
La gente se aglomera en miradores esperando ver algo. Stop
Las señoras compran kilos y kilos de pan. Stop
Las señoras compran litros y litros de agua. Stop
Y el oleaje no fue más que mediático. Stop
Etiquetas: "The Tale Were Told"
- Quiero 3 Kilos de pan y 4 botellas de agua mineral sin gas porfavor… ¡Ah!, y una empanada de pino.
- ¿Le caliento la empaná señora?
- Hágame el favor joven.
Etiquetas: "The Tale Were Told"
Lento y baboso espectador
sobreexpuestas las pieles
rendido, encandilado y dormido.
En silencio me pregunto
¿qué fantasmas te persiguen?
¿qué fantasmas te poseen?
bendito el exorcista.
Me presento como curandero
y no sirvo.
Etiquetas: Sister I'm A Poet
Si la locura se deja ver entre cortinas y visillos de calzones, encajes, damas, épocas Sadianas / en la realidad estoy en algo, mirando mis desencajadas rodillas oxidadas / sentado en el piso blanco de un inmenso salón isabelino riéndome como una hiena drogada / mientras los comunes se abanican, bailan, tragan, fornican, beben, insinúan y ríen sardónicamente en un rotundo coro de payasos / con la patraña escondida en las cavernas de la historia / comiendo un postre de manzana podrida de dioses / el castigo y el látigo fueron usados contra el ciclope y el Minotauro siendo inocentes vegetarianos nivel 5.
Ahora, en el desierto Ana maría me habla de ciertas cosas baladíes / las populares me calman a modo de una argentina reacción.
Ves como la maquina a vapor se calma y se calma, me dice...
haciendo el amor al viaje
baja
y
baja
¿subes?
excusa para que todo termine
¿bajarse?
esperar el próximo tren...
dice.
Etiquetas: Lizard
Me horrorizan las hormigas en las calles con las caras fin del mundo con sus bolsas sus alientos interiores y sus tripas derretidas como chicle la mastican si la escupen no le apuntan como mono voy robando y la niña de la tienda me lo dice de regalo un rubí.
Etiquetas: Lizard
Planté semillas en el eclipse de luna de mi hierba favorita
Me guiñaba lentamente su único ojo cual pirata mientras yo en cuclillas removía la tierra y agazapado miraba hacia arriba inca de jaiba en las alturas
Al rato pasó muy despacio aquella estrella ninja bien afilada esa que tiempo atrás acaricio mis venas ahora cortando el aire de Marte recordando mi lucha de malas sinapsis en las faldas de un cerro terrestre olímpico de harapos
Tengo sueño y este regalo solitario lo comparto con mis semillas arena tibia nocturna y basta que crezcan con el abono de mi corazón para que mi amiga luna de testigo que acaba de cerrar su ojo se duerma junto a mí, mientras aterradoras galaxias bombardean aquellos mundos que perdimos
Etiquetas: Lizard
Entonces apareció Odette, hermosa y muy distinta a su aspecto habitual. La abracé con fuerza y soltó unas lágrimas.
—¿Cómo está Aldana? pregunté en medio del abrazo.
Nos apartamos, y sin quitarse las lágrimas de su rostro me miró y no dijo nada. Sólo logré saber de la existencia de aquél director del instituto de arte después de un rato, cuando conversamos con Odette . Básicamente me dijo que Aldana no podía hacer nada por el asedio intoxicante de ese hombre que se las arreglaba personalmente para perjudicarla. En ese momento se me vino a la memoria una imagen de Aldana y yo cuando intenté, entre el desorden de sus libros, tomar uno que llamó mi atención, pero que su mano, pálida y con fuerza, me lo impidió. La miré y entendí que el título y contenido de aquel libro diría demasiado sobre ella. Sólo quedé conforme, y a modo de retribución, con mirar su blanco rostro envuelto por su hermosa y rojiza cabellera.
Un día iba por Américo Vespucio, cerca de Departamental, cuando diviso a lo lejos al director. Iba trotando. Nunca nos habíamos conocido, lo reconocí por un folleto promocional del instituto que había visto alguna vez. Lo seguí con la mirada hasta que empecé a correr hasta su lado, y unos pocos metros antes, saco rápidamente mi navaja Suiza, al parecer me vio, porque comenzó a correr más rápido e intentando sacar una pistola, de esas que salen en la TV y se ponen en el tobillo. Mientras corríamos, él intentó dispararme sin éxito. Tomé impulso y me lancé sobre él propinándole un par de puñaladas que terminaron en su espalda. No tengo la convicción de que esto haya ayudado a Aldana, pero la sensación del momento me dijo que sí.
Etiquetas: "The Tale Were Told"
-No me lleve por favor-. Decía el cartel. Estaba sentado en una silla de playa con una margarita en la mono sombrero y camisa de gitano, en medio de la carretera sin fin. Desiertos con labios rojos prometían paraísos a sus imaginaciones, volvía con un ataque de epilepsia y delirios griegos de añadidura. Para mantenerme quizás un café. Vine especialmente a verme. Entonces paró un cobra 289 cuando terminé. Y me pasó el volante, que maravilla… suspiré. Era una rubia chica de Texas tipo Mary Anne. Súper peligros de este modo mexicano con maleta de guitarra y cocaína. Te aseguro, no tenía una Fender. Que sed, ¿escuchas el sonido blanco de tus botas de serpiente polvorientas? Y esos lentes de escorpión rayados por el sol. Y el sombrero de vaquero roto. Sucios jeans azules apretados. Bolas de paja rebotando. Actitud sexy transpirado, y una melodía de armónica blusera. Tu actitud es el más bello trasero y la más engreída y enérgica teta, ¿y yo? El más erecto en medio de este desierto desierto.
Etiquetas: Lizard